UNA LOCURA DE DEMENCIALES LOCURAS
El mundo de las
empresas y el mercado, tiene sus propios códigos y jergas. Así que cuando la
compañía de instrumentos musicales Music Market me dijo que necesitaba “dos
impulsadores” para uno de sus días de remate y locura (“todo al 50 y hasta al 60%!!”), pues yo no sabía si querían que les consiguiera un par de desapacibles y
rústicos fortachones para “impulsar” bultos o cargar corpulencias… o un par de
señoritas de buenas formas y exorbitante glamour
para “impulsar” los ojos y seduzca al boquiabierto cliente. Pasado el instante de confusión, les dije que yo,
personalmente, me encargaría de llevar a estos antedichos e impulsados personajes.

Nuestro sector era el
de guitarras y amplificadores. Nos pusieron amplificadores Fender Champion, Yamaha
TR5, Pevey, Line6, Rumble, LowDown y la variable Mustang de la casa de Leonidas.
Amén de todo el lote de amplis que estaban sembrados por la tienda. Guitarras
habían mil, entre eléctricas y acústicas: Jackson, Yamaha, Gretsch, Takamine y
cientos de Fender y su travieso hijito Squier. El asunto era orientar al
cliente, hacer que prueben los instrumentos de su elección, que revisen bien lo
que van a llevar, no empujarlos a comprar por comprar, sino que realmente
sientan que el equipo que están llevando, es lo que realmente desean.
Las puertas se
abrieron y comenzó el desquicio. Yo que pensaba simplemente sentarme a mirar y
eventualmente pulsar alguna guitarra, de pronto me vi envuelto en una marea de
consultas, preguntas, consejos, decisiones, advertencias, arbitrajes y correteaderas. Me vi ayudando
a curiosos e indecisos, a desesperados y dudosos, a rápidos y confusos. “¿Cuál
es mejor: Fender o Jackson?”, “¿Qué me recomiendas, este Mustang 2 o el Mustang
3?”, “¿Puedo probar este bajo?”, “¿Dónde están las trompetas?”, “¿Por qué la
guitarra tiene 6 cuerdas si mi mano derecha solo tiene 5 dedos?”, “¿Por
qué para apagar mi compu, hay que ir al botón de INICIO?”, “¿Por que "separado" se escribe
todo junto y "todo junto" se escribe separado?”, “Si hablan
del Medio Oriente ¿dónde está la otra mitad?”, “¿Por qué si los borrachos
siempre dicen la verdad, cuando están borrachos dicen que No lo están?”, “¿Por
qué eres tan feo?”…
Fue una locura de demenciales locuras y desquiciados sucesos que se tornó en una locura de
demenciales locuras y de desquiciados sucesos. Un loquerío que no se detuvo
sino hasta las 8 de la noche. De pronto vimos la tienda semi-vacía, poblada de
cientos de envolturas desoladas y vendedores agotados. El local parecía haber sido
víctima de un tifón o de una turba de saqueadores y coleccionistas musicales.
Fue un éxito total.
En líneas generales,
me divertí como chancho en fango nuevo. Fue una experiencia muy linda y
gratamente motivadora. Excitante. Pero ahora, cuando me pidan “un par de
impulsadores”, mejor lo mando al Alex Joffre y al Hans Gamarra. Que para
tifones, demencias y loqueríos, suficiente con mis gatos.
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Toño, Naldo y yo, en la foto final al final de un gran día. ---- foto: Tania Martinez. |