martes, 12 de agosto de 2014

mi compadre ALFREDO ROSELL




EL AVE DE LA INTUICIÓN

Muchas veces, la sabiduría se limita a saber cuánto ignoramos del mundo, y donde los más ignorantes son aquellos que creen saberlo todo. Para muchas personas, decir “no sé”, encierra debilidad. Para mí, decir “no sé”, encierra un deseo de seguir aprendiendo, y me recuerda que la vida es un constante viaje por los caminos de la ilustración. Una nave en la cual, aunque sea como polizonte, quiero seguir viajando.

Y esto de la sabiduría con respecto a los verdaderos gestores y responsables de lo que fue la llamada “Movida Subterránea” de inicio de los 80’s, se pierde en esa incompleta pila de conocimientos y juicios que, las más de las veces, son el resultado de suposiciones y de una encendida imaginación, más que de hechos concretos y comprobados. A esto sumémosle todo el tonelaje de amnesias y recuerdos mutilados de algunos de los que participaron en toda esa Ola de Renovación Cultural, para tener una sopa muy mal condimentada y notas desinformantes.

Cuando se habla de Movida Subterránea o de Rock Subterráneo, muchos inmediatamente ponen su imaginario en Narcosis, Leusemia o Autopsia, así como la ropa negra, las camisetas pintadas a mano o los conciertos tumultuosos. Los más diligentes sumarán a esta lista a la banda Kolarock y el grupo poético Kloaka. Pero fuera de este listado –bastante parcial por cierto- hubo mucha gente –mucha OTRA gente- que sin su aporte o su presencia, la movida hubiera sido imposible o tal vez nunca se hubiera sabido de ella y nunca habría empezado.

Acaba de fallecer, precisamente, una de estas personas que, con su oculto aporte, terminó siendo uno de aquellos fundamentales personajes sin el cual muchos de nosotros ni existiríamos: mi compadre Alfredo Rosell.

Se apareció en un recital de Leusemia en Miraflores, en 1984, junto con su equipo de gente que, de manera entusiasta e inédita, venían realizando una labor de difusión de aquellos nuevos sonidos que estaban brotando en la ciudad de Lima. Si bien prensa underground a existido desde siempre en nuestro país, la publicación de Rosell y Co. –llamada Ave Rok- tenía el ingrediente de combinar, sin ningún tapujo, tanto lo nuevo como lo clásico, tanto los sonidos de ruptura como aquellos que tenían intenciones abierta y descaradamente comerciales, lo cual lo convertía en una apuesta bastante singular y muy lejos de fundamentalismos idiotas o de autocensuras.

Con el tiempo, Ave Rok creció en factura y contundencia, organizando los primeros Festivales de Rock Subterráneo que empujarían a esta singular corriente hasta el conocimiento público. Luego, Rosell siguió trabajando en todo lo que inmiscuía música y arte en general. Fue manager de algunos connotados de la escena (entre otros, Miki Gonzáles) y su presencia fue siempre muy bienvenida por todos aquellos que tuvimos la dicha de conocerlo.

Solo queda decir: GRACIAS, AMIGO, gracias por haber creído en nosotros en un momento donde nadie daba un sol por la escena local y menos aún por aquellos ruidosos y desarrapados “nuevos valores” que se subieron a un escenario sin saber leer ni escribir. Gracias por tu intuición y gracias por tu amistad. Te extrañaremos.