jueves, 25 de febrero de 2016

EXCEDIÉNDOSE CON LOS EXCESOS EXCESIVOS - Joe Cocker.


Los que estamos más o menos enterados de la vida y correrías de aquellos músicos que cruzaron el rock por las partes más insalubres de la historia, sabemos lo dañino que pueden ser los excesos. Sólo Iggy Pop y algún otro nos sorprenden con haber sobrevivido a tanta tropelía en sus existencias. Lo siguiente es una historia que tiene que ver con el cantante inglés Joe Cocker, historia que dice haber sido corroborada por testigos y por algunas autoridades argentinas, pero que sigue circulando en ese país como una leyenda sin confirmar.

En 1977, en plena era del punk, Joe Cocker ya estaba pasándola bastante mal, financiera y artísticamente. Sus días de gloria y su salto en Woodstock habían quedado bastante atrás. Su exceso con el alcohol, era la traba más feroz de vencer. Subía totalmente borracho a los escenarios, se caía, no hilvanaba canción alguna y hacia papelones enormes tanto dentro como fuera de los escenarios. 



En aquel 1977, Cocker llega a Buenos Aires, pero, como era de esperarse, los conciertos estuvieron plagados de múltiples sinsabores. La historia cuenta que Joe, en plena estadía en Baires, logró zafarse de su seguridad y escapar a la calle, y todo esto a pesar de ya estar bastante iniciado en tragos. Alguien aseguró haberlo visto trepar a un vehículo de transporte público ("un Colectivo de la Línea 45" dicen). Luego, otros ciudadanos (los que estaban dentro de aquel carro), cuentan que un turista pelucón se puso a armar laberinto entre los usuarios, hasta que -entre todos- lograron echarlo del transporte. Una chingana que estaba cerca de donde "nuestro héroe" había caído, se convirtió en su albergue provisional, continuando con la chupeta. (En esta parte se menciona mucho a La Barra Brava del Club Independiente, quienes dicen haberlo recogido del pavimento y llevado al Bar más próximo). Hasta que, no se sabe cómo, lograron devolverlo a su Hotel.

Años después, cuando Cocker volvió a Argentina y se le preguntó por semejante travesía, él dijo no acordarse de nada, ni de su etílica expedición, ni del viaje a Sudamérica o de sus conciertos en Buenos Aires. Como diría mi casera en el mercado: Ta bueno culantro... pero no tanto. (Daniel F)


nota: la foto de arriba es Joe siendo arrestado en Melbourne, el 19 de Octubre de 1972, después de una pelea de borrachos con la policía y con gente de la seguridad del Hotel.  


martes, 23 de febrero de 2016

BEE GEES- La habilidad de caminar por senderos oscuros y no caer


Por más que la prensa local de rock esté contaminada por la farándula (usando los mismos patéticos recursos), aún quedan algunos reporteros con cierta clase y muy acuciosos. Hace poco, uno de estos que había hecho toda su tarea, me preguntó: “Ví en tu Facebook que te gustan los Bee Gees, y es algo que repites siempre en tus libros”… Yo le contesté afirmativamente.

-         -  Pero no incluirá su etapa discotequera… ¿O sí? –preguntó el joven.

-         -  (risas) Pues no, amigo. Yo crecí con todas las gravitaciones posibles de la música: rock pesado, música orquestal, coral, rock liviano, soft, minimal… Y la primera etapa de los Bee Gees es increíblemente bella, por más que a muchos de mis contemporáneos les haya caído muy meloso. Peor que Bread o los Carpenters. Pero tienes razón, la etapa funk y disco ya no me atrajo mucho. Hasta en las portadas de sus trabajos había menos ingenio, y ahora eran como desabridos carteles de propaganda.

-         -  Pero he visto en una entrevista que calificas a Barry Gibb como el más exitoso compositor pop de la historia… ¿Tanto así?

-        -  Tanto eso y más. Antes había reservado ese sitial a Elton John o a alguien de su calibre. Pero Barry es alguien que desde pequeño hizo solamente “éxitos”. ¡Ya quisiéramos muchos de los que nos dedicamos a hacer canciones, tener tan gigantesca habilidad! Toda canción escrita por él se transformaba en un masivo hit radial. Cuando los Bee Gees dejaron de ser un poco la atracción para la Industria, el buen Barry siguió componiendo éxitos, tanto para él como para sus hermanos y para otros artistas. Sólo basta hacer un poco de memoria y se encontrarán con veintenas de “números uno” concebidos por la mano de este genio.

Al final, la conversa (llevada a cabo en una radio universitaria) se trasladó únicamente a hablar de los Bee Gees, de Barry, Robin y Maurice, de su otro hermano (Andy) muerto de sobredosis, o cómo fueron dejando este mundo dos de los hermanitos, tras larga pelea con el cáncer. Insistí que “First of May” es una de las mejores canciones de la historia, y que mi adolescente corazón dio un enriquecido salto cuando escuchó “Spicks and Specks” y se diluyó con “Run to Me”.  Porque mucho más allá del colchón de mullidos violines y arreglos empalagosos, estaba la excelencia en las composiciones, la pulcritud de sus voces, la habilidad para poder caminar por el lado más comercial de la Industria y no caer en lo estruendosamente banal y desechable. (Daniel F)