En el área de la
ciudad de Lima, era fácil encontrarnos con bandas frecuentando los mismos
caminos y tocando las mismas puertas. Contrario a nuestra postura, la mayoría
todavía seguía prefiriendo el cover,
cabalgando sobre las más populares canciones del momento. De aquella mancha,
con quién solíamos encontrarnos era con los Fighters,
abriéndose paso por la maleza a punta de fusiladas zeppelianas y mucho Kiss.
Los encontrábamos en cuanta convocatoria había: para salas de baile,
festivales, verbenas…
El 27 de Octubre de 1983, la gente de AMUSI, nos llama para
amenizar un evento distrital en la Urb. Ramón Castilla, en el distrito del
Rímac. La cosa era arriba, en un cerro, en una cueva. Debe haber sido el lugar
más extraño en donde hayamos tocado. Dentro de aquella cavidad geológica,
habían improvisado un tablado, luces y hasta una tribuna de madera. Estaba
lleno de gente. En el escenario –vaya sorpresa-, estaban los Fighters,
desatando a The Police y haciendo honores a los Enanitos Verdes. El
sonido era bueno y los muchachos tenían mucho oficio, pero el público no se
notaba muy entusiasmado. Bostezaban en medio de las piruetas que hacía el
cantante, levantando el pedestal del micrófono o arrodillándose en los momentos
más dramáticos mientras cantaba “Love Hurts”. Los organizadores, al vernos
llegar, se apresuraron en detener a los ‘peleadores’ e invitarnos a subir al
escenario. Nos saludamos con los colegas y uno de ellos nos dice: “Gracias por
llegar. Hemos estado acá tocando por más de dos horas, y no pasa nada. Público
difícil. No los mueve nadie… ¡Suerte!”… Agradecimos las palabras y nos
enfundamos los instrumentos. Arrancamos sin ningún miramiento con “En Una
Invernal Noche de Surf” y el caos se desató. Por alguna extraña y puntiaguda
razón la gente comenzó a saltar, gritar y tirarse sobre el escenario. El rock and
roll había llegado…
Luego de dos minutos y medio de batahola (y luego que el
animador pidiera un poco de calma a la gente), pasamos a tocar “Patricia, la
del Bulevar”, nuestro tema largo y menos virulento. Pero a pesar de eso, la
gente siguió armando trifulca y emprendió el baile como nunca imaginé que
pasaría. La algarabía y el desorden culminaron con la caída de la tribuna de
madera apostada a un lado de la pista, suspendiéndose de inmediato nuestra
presentación. El animador llamó de nuevo a los Fighters para que continúen
tocando. Y como por arte de armónica nigromancia, la gente volvió a su estado
de quietud. Nunca lo entendimos. Pero de todas formas salimos totalmente re-alimentados y muy convencidos de que nuestros pasos estaban siendo los
correctos. (Daniel F)
NOTA: Las imágenes que acompañan esta nota son actuales. La de arriba es la portada para Spotify y ITunes de la grabación que estamos comentando, la original de 1983, registrado con un grabador a pilas y cuyo enlace lo estamos colocando al final de este post. La segunda foto es de Leusemia tocando en el Vichama (centro de Lima), en el 2018, un chongazo que me recordó mucho al chongote ocurrido en aquel lejano 1983.
NOTA: Las imágenes que acompañan esta nota son actuales. La de arriba es la portada para Spotify y ITunes de la grabación que estamos comentando, la original de 1983, registrado con un grabador a pilas y cuyo enlace lo estamos colocando al final de este post. La segunda foto es de Leusemia tocando en el Vichama (centro de Lima), en el 2018, un chongazo que me recordó mucho al chongote ocurrido en aquel lejano 1983.
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