domingo, 31 de enero de 2016

¿EXISTE "EL PEOR DISCO DEL ROCK"?



Lógicamente NO existe tal estupidez. Pero cuando se habla sobre este punto, el trabajo de Lou Reed llamado "METAL MACHINE MUSIC", salta de la boca de los conocedores, cual liebre escapando de incendio.


La chismografia rock (que en este siglo se ha multiplicado hasta niveles peripatéticos) nos cuenta que Lou Reed estaba harto frente al (mal) trato de su compañía discográfica, pero no podía zafarse de ellos, pues le faltaba cumplir con un contrato que le exigía dos o tres discos más con la Empresa. Eso en tiempo-músico son por lo menos 2 años… ¡Pichula!... Entonces, de un plumazo, el bueno de Lou (que nunca fue ningún tonto) decidió reducir el lazo haciendo un disco doble cuya producción total demoró tan sólo 24 horas. Agarró su guitarra, la desafinó y él solito entró a la sala de grabaciones y le dijo al ingeniero: "graba". Durante una hora se dedicó a hacer ruidos y desfases, estrépitos y bostezos. Nada de su poesía, nadie canta, no hay secciones rítmicas… ¡Nada!... Una hora después, hizo lo mismo pero para el otro canal. (¡Caramba, no será Hendrix, pero no podrán negar que Reed era un profesional del estéreo!). Lo mezclaron (?), lo masterizaron (supongo) y listo. Ya estaba el gran disco. Los ejecutivos al escuchar semejante mamarracho, tuvieron serias dudas en editarlo. Lou los convenció (a medias, me imagino) de que aquello era un nuevo concepto dentro del vanguardismo, un experimento que sólo un genio como él podría lograr... "Que se agarren Pink Floyd y Mike Oldfield, que aquí llegué yo!"... Pastrulazo.

El disco salió y la gente fue rauda a buscar el "gran experimento sonoro". Al rato, ese mismo público comenzó a devolver aquella Máquina Metálica. Todos aducían "estafa", "bulla sin sentido", "una burla al sacrosanto templo del rock"...



Esta nota viene a colación, pues en ese didáctico grupo de Facebook llamado "Face Rock", uno de sus más activos socios (Fausto) puso un post sobre los peores trabajos realizados por grandes bandas, donde se incluían discos de Deep Purple, Rolling Stones o los horrendos Yes de los años 80. Y mi posición frente a eso era la misma que con la travesura de Lou, pues frente a una condena casi unánime, siempre saldrá alguien más bien agradecido por aquel menospreciado trabajo. Lo que para unos es una repugnancia sonora, para otros será una refulgente luz. No existe el "disco malo", sino el "poco apreciado".Todos los juicios en ese campo, terminan en las praderas de lo meramente subjetivo. 


Lo cierto es que en muchos casos, esos "discos malos" son el producto NO de “un bajón en el talento”, sino que son el resultado de perversiones salidas de las oficinas de la disquera, quienes obligan al artista a hacer cumplir los contratos, saliendo a la calle obras de los cuales no van a tener muy grata recordación (y peor nosotros, los fans, que casi nunca nos enteramos de lo que se juega detrás del encortinado empresarial). Otros artistas intentan COMPRAR sus propios contratos, con tal de zafarse de esa obligación. O, en su defecto, actúan como Lou Reed, sin importarle un soberano maní lo que vayan a decir los críticos o los fans, todo con tal de librarse de la disquera.

En mi caso, una vez firmé contrato por dos discos que debían salir en un plazo determinado. Cumplí con el primero ("El Origen de los Fundamentos") y seguí con mi vida. Al tiempo, los de la empresa me llaman y me dicen que ya estaban esperando "la siguiente entrega"... ¡Chucha! -pensé yo... ¿Tan rápido?... Y yo no tenía material como para un disco nuevo. Pero por esos días, muchos de mis conciertos estaban siendo grabados. Así que les dije a la Empresa que lo más rápido que podría entregarles era un disco en vivo. Lo escucharon, les gustó y lo editaron. Se llamó “En la Paradoja del Cero-47". Y la empresa le añadió: "Grandes éxitos en vivo". Menos mal que este trabajo fue super bien recibido, arrasando el tiraje en tan sólo dos días. Ah, y nadie fue a las tiendas a devolver el disco.




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