Han pasado poco más de
tres décadas, y hasta ahora no se llegó a alcanzar la tan ansiada justicia.
Ocho periodistas, un desafortunado Guía y un comunero, fueron asesinados un 26 de Enero de
1983, en el poblado de Uchuraccay. Fueron a investigar una matanza en el
poblado de Huaychao (Ayacucho) y encontraron que la muerte aún quería un poco
más. Uchuraccay fue una de las primeras comunidades que se levantaron en contra
de Sendero Luminoso. Y lo hicieron con lo poco que tenían a la mano: piedras,
palos, herramientas de trabajo... y mucho, pero mucho coraje.
Juan de la Puente , en el portal de La República , nos dice que
"Uchuraccay, antes y después de la muerte de los periodistas, fue objeto
de acoso de Sendero Luminoso (SL) y luego del asesinato de los hombres de
prensa, fue escenario de muerte por obra de terroristas, militares y rondas
campesinas. En pocos meses fueron asesinados 135 miembros de una comunidad de
470 habitantes. El ensañamiento contra ellos fue espantoso. Según La Comisión de la Verdad y Reconciliación
(CVR), fueron asesinados con hachazos, apedreados, acuchillados o ahorcados, y
en varios casos los cuerpos arrojados en los cerros y comidos por los perros.
Muchos ni siquiera fueron denunciados como desaparecidos".
Luego de aquel dramático episodio, los comuneros de Uchuraccay se vieron obligados al éxodo, y a mentir acerca de su origen. Habían quedado marcados como una "comunidad de salvajes y criminales", estigma que fue reforzado por la Comisión que encabezó Mario Vargas Llosa, quien dijo que "la población asesina actuó con salvajismo por sus condiciones marginales y de privación extrema"... Sin considerar que el Ejército tuvo también su homicida cuota de culpa, al empujar a esta pequeña Comunidad, a creer que "todo aquel que venga por tierra, es un terruco.... Los amigos, vienen por el aire".
Esta es una fecha para
recordar no solo a Eduardo De la Piniella , Pedro Sánchez, Félix Gavilán, Willy
Retto, Jorge Luís Mendívil, Jorge Sedano, Amador García y Octavio
Infante, valientes periodistas que fueron en busca de la verdad,
enfrentándose al terror sembrado por Sendero y a la paranoia estatal que ya
comenzaba a hacer estragos en una población envuelta en dos fuegos. Sino
también, es un día para recordar a Juan Argumedo y a Severino Huáscar Morales,
guía y comunero que se vieron envueltos en una de las más crueles ejecuciones
sumarias.
Pero también es una fecha
para recordar a todas esas comunidades tan cruelmente golpeadas por la insania
y la indiferencia, a todo ese "segundo Perú" que no parece importarle
a casi nadie, comenzando por nuestras relajadas autoridades.
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La secuencia fotográfica
que acompaña esta nota, son los últimos momentos del grupo de periodistas,
inmortalizado por la cámara de Willy Retto, a sabiendas que podrían ser las
últimas que tomaría en vida. Estas fotos fueron halladas meses después de
los sucesos, permitiendo a las autoridades, amigos y familiares, tener una
visión un poco más clara sobre esta terrible masacre.
Triste momento en nuestra historia.
ResponderEliminarAsí es....
ResponderEliminarvalor y coraje, adjetivos muy adecuados si es que intentamos referirnos a estos mártires del periodismo nacional, 32 años pasaron, el recuerdo sigue intacto y las acciones de los culpables impunes.
ResponderEliminarSi, pz...
EliminarLa indiferencia tambien mata...
ResponderEliminarEs un asesino silencioso...
EliminarEl Perú no es Lima.
ResponderEliminarEso!
Eliminarque valentia de aquellos periodistas, arriesgar sus vidas solo para hacernos saber que tan jodido estuvo en esos tiempo, y en la actualidad aun hay grandes periodistas que arriesgan sus vidad de esa maneta, y que a pesar de eso aun vivimos en la ignorancia
ResponderEliminarInnegable.
EliminarQue coraje, espero se haga justicia.
ResponderEliminarSería lindo que algún día la Justicia llegue a establecerse en este país.
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